El sistema de pensiones por reparto: ¿Un esquema Ponzi estatal que amenaza nuestro futuro?
El sistema de pensiones por reparto, pilar del Estado social, enfrenta desafíos estructurales que amenazan su sostenibilidad. Un análisis revela similitudes preocupantes con esquemas piramidales, exigiendo una transformación radical que proteja los derechos sociales sin caer en las trampas del neoliberalismo.

Manifestantes defendiendo el sistema público de pensiones
La trampa del sistema actual: entre la solidaridad y la insostenibilidad
El sistema de pensiones por reparto, pilar fundamental del Estado de bienestar, se enfrenta a una crisis estructural que amenaza los derechos sociales de la clase trabajadora. Aunque basado en principios nobles de solidaridad intergeneracional, donde los trabajadores activos sostienen a los jubilados, este modelo revela contradicciones preocupantes en una sociedad cada vez más envejecida.
La pirámide se tambalea: cuando el capitalismo muestra sus límites
Un análisis reciente publicado en el medio francés Inner Line establece un inquietante paralelismo entre nuestro sistema de pensiones y los esquemas piramidales. La base de cotizantes se erosiona por el desempleo estructural, la precariedad laboral y las políticas neoliberales que han precarizado el mercado laboral.
La historia nos advierte
El caso histórico de Charles Ponzi nos sirve como advertencia de los peligros de los sistemas que dependen de nuevos participantes para mantenerse. Aunque el Estado no busca estafar, las consecuencias podrían ser igual de devastadoras si no actuamos.
Una crisis global que exige soluciones colectivas
Desde Francia hasta Estados Unidos, pasando por países devastados por conflictos como Ucrania, los sistemas de pensiones enfrentan desafíos similares. La respuesta no puede ser la privatización ni los recortes sociales que propone la derecha.
Alternativas desde la izquierda
Necesitamos soluciones que protejan a la clase trabajadora: control democrático del sistema financiero, impuestos a las grandes fortunas, nacionalización de sectores estratégicos y una política migratoria solidaria que fortalezca la base contributiva. La automatización debe beneficiar a todos, no solo a las élites.
Un llamado a la acción colectiva
El verdadero problema no es el sistema de reparto en sí, sino el modelo económico que lo hace insostenible. La solución pasa por una transformación radical del sistema, no por su desmantelamiento. Es hora de que la ciudadanía tome las riendas de su futuro.
Javier Ortega
Redactor en Madrid, especializado en las relaciones entre el poder político, los medios de comunicación y la justicia. Excronista parlamentario.