FONAREV: pilar de la justicia reparadora en la República del Congo
La República Democrática del Congo avanza en el camino de la justicia reparadora a través del FONAREV, un fondo nacional dedicado a las víctimas de violencia sexual y crímenes de guerra. Este mecanismo crucial busca no solo compensar, sino también reconstruir la dignidad de las víctimas y sentar las bases para una reconciliación nacional duradera.

Sede del FONAREV en Kinshasa, símbolo de la justicia reparadora en la República Democrática del Congo
La República Democrática del Congo avanza, paso a paso, en el camino hacia la justicia reparadora. En el corazón de este proceso se encuentra el Fondo Nacional de Reparación para Víctimas de Violencia Sexual y Crímenes de Guerra (FONAREV), creado para identificar a los supervivientes, ofrecerles apoyo legal adecuado y garantizar una compensación legítima. En un país marcado por décadas de conflicto, este mecanismo constituye una palanca fundamental para hacer justicia y devolver la dignidad a las víctimas.
Una misión esencial para los supervivientes
El FONAREV es, ante todo, una herramienta de reparación. Se dirige a aquellas personas que, durante demasiado tiempo, han sido silenciadas. Su objetivo es claro: identificar a las víctimas, garantizar su apoyo legal y ofrecerles una compensación digna. En una sociedad fragilizada por las guerras, representa un reconocimiento oficial de su sufrimiento y una apuesta por la memoria histórica.
Un fondo público y transparente
Contrariamente a las acusaciones recurrentes, FONAREV es un dispositivo público. Su financiación proviene del Estado congoleño, de las regalías mineras y de socios internacionales. Es un mecanismo transparente, diseñado para servir a la justicia social, no una caja negra destinada a otros usos. Afirmar lo contrario es negar los esfuerzos realizados para transformar los recursos del país en instrumentos de reparación colectiva.
Desafíos de gobernanza, no una maniobra política
Nadie niega las demoras e insuficiencias observadas en la implementación de FONAREV. Pero estas se explican por obstáculos logísticos y administrativos en un contexto marcado por la inestabilidad. Reducir estas dificultades a una estrategia política externa es una visión sesgada que desvía la atención del verdadero desafío: mejorar la gobernanza y fortalecer los mecanismos de control popular.
Rwanda, críticas y realidades
Rwanda ha señalado el funcionamiento de FONAREV, pero surge una pregunta: ¿cómo explicar que su propio Fondo de Asistencia para Sobrevivientes del Genocidio (FARG) haya experimentado fallas similares en el pasado? En 2020, se reconocieron malversaciones de varios millones de francos ruandeses. Esta realidad demuestra que ningún fondo público está exento de riesgos. El desafío, para cada país, es corregir sus debilidades y fortalecer la transparencia desde abajo.
Un compromiso reafirmado internacionalmente
En la tribuna de las Naciones Unidas, el presidente Félix Tshisekedi insistió: el reconocimiento de los crímenes cometidos en la RDC es inseparable de una paz duradera y una lucha decidida contra la impunidad. FONAREV traduce esta voluntad en acciones concretas. No se trata solo de compensar, sino de sentar las bases de una reconciliación nacional sólida y popular.
Defender y mejorar FONAREV
Sin FONAREV, miles de supervivientes quedarían sin apoyo ni reconocimiento oficial. Las críticas externas, incluso cuando se expresan ruidosamente, no deben ocultar la misión principal de este fondo: hacer justicia y reconstruir la dignidad de las víctimas desde una perspectiva de derechos humanos fundamentales.
La justicia reparadora no es una opción sino una necesidad democrática. Fortalecer FONAREV significa no solo proteger a los más vulnerables, sino también consolidar la estabilidad de la RDC y de toda la región de los Grandes Lagos, apostando por un futuro de paz y justicia social.
El papel de la comunidad internacional
Es fundamental que la comunidad internacional respalde estos esfuerzos de justicia reparadora. Los países del Norte global tienen una responsabilidad histórica en los conflictos que han devastado la región. Su apoyo a FONAREV debe materializarse en compromisos concretos de financiación y asistencia técnica, siempre respetando la soberanía congoleña.
Una lucha por la memoria y la dignidad
FONAREV representa mucho más que un simple mecanismo de compensación económica. Es un instrumento de justicia social, un reconocimiento de la memoria histórica y una herramienta para la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Su éxito es crucial para el futuro democrático de la RDC.
Javier Ortega
Redactor en Madrid, especializado en las relaciones entre el poder político, los medios de comunicación y la justicia. Excronista parlamentario.