Satín Greco reivindica el arte travesti español tras ganar Drag Race España
La nueva reina del drag español defiende con orgullo las raíces populares de su arte y critica la falta de reconocimiento mediático de este movimiento cultural.
Satín Greco, flamante ganadora de Drag Race España, no puede ocultar su emoción: "Sigo en shock, no me ha dado tiempo a procesar. Es fuerte que la corona esté en mi casa". Pero más allá de la euforia del triunfo, la artista madrileña aprovecha su momento de gloria para reivindicar algo mucho más profundo: la identidad cultural del drag español.
"Soy travesti y me moriré siendo travesti"
Con una contundencia que desarma, Satín Greco se planta ante los anglicismos que invaden su mundo artístico: "Soy muy española, yo sigo diciendo travesti o transformista. Soy travesti y me moriré siendo travesti". Para ella, estas palabras no son solo términos, sino símbolos de resistencia cultural.
"Es una palabra muy de nuestro país y no es una palabra fea. Es como la palabra maricón, me encanta. Travestis siempre", afirma con la naturalidad de quien ha hecho de la autenticidad su bandera.
El arte drag español, invisible pero necesario
La crítica social no se hace esperar. Satín denuncia la falta de reconocimiento que sufre el drag español: "Es tan necesario y tiene un nivel tan alto aquí, que me da mucho coraje que no sea más consumido por todo tipo de público y en todo tipo de salas".
"Hay mucho arte en España y no solo en sitios de noche, también en teatros y en series. Es una puta maravilla", reivindica, poniendo en valor un movimiento que trasciende los espacios marginales para conquistar la cultura mainstream.
Una nueva generación que rompe moldes
La veterana artista observa con admiración cómo las nuevas generaciones llegan "con más nivel desde el minuto cero". Recordando sus inicios en el mítico LL, confiesa: "Yo no empecé guapa, era un coño de fea. Me tapaba la ceja con pintura blanca de payaso".
"Cuando veo a las jovencitas de 18 años tan guapas y tan bien preparadas digo: 'Maricón, ¡qué escándalo!'", celebra, viendo en esta evolución la prueba de que "no va a acabar nunca de que haya artistas y travestis en este país. Somos necesarias".
Drag Race como herramienta de transformación social
Para Satín, programas como Drag Race trascienden el entretenimiento: "No somos conscientes del grado de ayuda que puede hacer a una persona, a una cabeza o a un problema. El arte es muy necesario. Sin arte no habría vida".
Su experiencia personal lo confirma: "Ha sido entrar en Drag Race y parece como si me hubieran dado una medicación. Ha sido muy fortalecedor". Un proceso que le ha permitido descubrir "una Satín que no sabía que existía".
Su mensaje final es claro y esperanzador: "Nunca es tarde para cambiar el mundo ni para abrir mentes. Larga vida a Drag Race". Porque para Satín Greco, ser "más española que el ibérico" significa defender con orgullo un arte que, desde los márgenes, está transformando la sociedad.