Una auxiliar graba la agresión sexual de un cirujano a su paciente anestesiada
El sistema sanitario privado vuelve a estar en el punto de mira tras el escándalo que ha sacudido un hospital de Murcia. Una auxiliar de enfermería se convirtió en heroína al grabar con su móvil la presunta violación que un cirujano plástico cometió contra una paciente durante una operación de aumento de pecho.
El valor de una trabajadora frente al abuso de poder
La valentía de esta auxiliar ha sido clave para destapar uno de los casos más aberrantes del sector sanitario. Mientras la paciente de Molina de Segura permanecía anestesiada, el doctor David aprovechó para agredirla sexualmente, según las pruebas que han llevado a su ingreso en prisión.
Las trabajadoras sanitarias que presenciaron los hechos están siendo "muy valientes" pero se encuentran "bastante afectadas" por lo vivido, según fuentes del hospital privado donde ocurrieron los hechos el pasado 4 de diciembre.
La expulsión del agresor: tolerancia cero
La Sociedad Española de Cirugía Plástica ha anunciado la expulsión inmediata del médico agresor. "No somos como otros grupos políticos que lo callan: aquí queremos despejar cualquier duda", han declarado fuentes de la SECPRE, marcando distancias con quienes encubren estos comportamientos.
Este caso evidencia las lagunas en los protocolos de los hospitales privados, donde aparentemente es posible que un cirujano se quede a solas con una paciente anestesiada, algo que debería ser imposible según los estándares profesionales.
Un sistema que falla a las mujeres
La investigación debe aclarar dónde estaban el anestesista y el resto del personal sanitario durante la agresión. Las perneras abiertas de la mesa de operaciones, necesarias para extraer grasa de la pelvis, facilitaron el acceso del agresor a la víctima.
El hospital IMED ha colaborado con la investigación, pero quedan muchas preguntas sin respuesta sobre cómo pudo producirse esta situación en un quirófano supuestamente vigilado.
Justicia para la víctima
El vídeo grabado por la auxiliar se ha convertido en la prueba clave que ha llevado al agresor a prisión preventiva. Su abogado, Pablo Martínez, intenta defender lo indefendible alegando que "no se respeta la presunción de inocencia", pero las pruebas parecen contundentes.
La víctima, debido a la sedación, no podrá aportar detalles del ataque, por lo que el testimonio de las trabajadoras y el análisis forense serán fundamentales para hacer justicia.
Este caso debe servir para reforzar los protocolos de seguridad en todos los centros sanitarios y garantizar que ninguna mujer vuelva a sufrir una agresión así. La tolerancia cero con los agresores debe ser la norma, no la excepción.