Hidalgo mantiene el control total de Air Europa pese a la entrada de Turkish Airlines
El magnate de la aviación defiende que ni un euro público se perdió en el rescate de la aerolínea durante la pandemia, mientras critica la "dialéctica del rescate" impuesta por los gobiernos.
Juan José Hidalgo, presidente ejecutivo de Globalia y Air Europa, ha dejado claro que mantendrá el control absoluto de su aerolínea pese a que Turkish Airlines haya entrado en el accionariado con un 26% de participación tras invertir 300 millones de euros.
En una entrevista desde República Dominicana, donde reinauguró su hotel Santo Domingo Bay Convention Resort, Hidalgo ha sido contundente: "Yo soy el presidente, tengo todas las potestades y todos los cargos". Una declaración que suena a desafío ante quienes esperaban ver diluido su poder tras las operaciones financieras de los últimos años.
Turkish e IAG: socios, no interventores
El empresario ha explicado que tanto Turkish Airlines como IAG (propietaria del 20% de Air Europa) no han invertido "para hacer sinergias operativas", sino porque confían en una "empresa modélica". Una forma elegante de decir que los nuevos socios no van a meter las narices en la gestión diaria.
Estas inversiones han valorado Air Europa en casi 1.200 millones de euros, una cifra que Hidalgo defiende con orgullo: "La aerolínea lo vale y eso queda reflejado tanto en su estructura como en la cuenta de resultados".
Adiós a la deuda pública, hola al futuro
La operación con Turkish ha permitido a Air Europa cerrar definitivamente el capítulo de los préstamos públicos recibidos durante la pandemia. La aerolínea devolvió por completo los 475 millones prestados por la SEPI, adelantándose un año al plazo establecido, además de abonar más de 97,2 millones en intereses.
"Cerca de 70.000 euros diarios" ha pagado Air Europa al Estado en concepto de intereses, lo que representa un 20% adicional sobre el capital prestado. Una rentabilidad que pocos inversores privados habrían conseguido en tiempos de crisis.
Planes de expansión limitados por la industria
Pese al saneamiento financiero, las posibilidades de crecimiento inmediato son limitadas. Air Europa tiene toda su flota operando y sufre, como el resto del sector, los problemas de suministro de Airbus y Boeing.
"Todo lo que se pueda planificar será a partir de 2032", reconoce Hidalgo, aunque la compañía ha firmado un acuerdo con Airbus para la compra de hasta 40 aviones A350-900 que se entregarán a partir de 2028.
Para el próximo verano, Air Europa tiene previsto arrancar rutas hacia Marrakech, Tánger, Túnez y Johannesburgo, mientras evalúa con Turkish la posibilidad de establecer un segundo vuelo Madrid-Estambul y conectar Barcelona con la capital turca.
"Ni un solo euro de los contribuyentes"
Hidalgo ha cargado duramente contra lo que llama la "dialéctica del rescate", defendiendo que el dinero recibido no fue ningún rescate sino un crédito que se ha devuelto íntegramente con intereses.
"Quede muy claro para todos los españoles: ni Globalia ni Air Europa han cogido ni un solo euro de ningún contribuyente. Ni un solo euro", ha afirmado con rotundidad el empresario, que avaló personalmente la operación con sus propias propiedades.
El directivo considera que la necesidad de financiación no se debió a "una mala gestión empresarial", sino a que los gobiernos "cerraron el mundo entero" durante la pandemia. Una crítica velada a las políticas sanitarias que paralizaron el sector turístico.
La sombra de la 'trama Koldo'
Sobre las controversias surgidas en torno a los créditos de la SEPI y su vinculación mediática con la 'trama Koldo', Hidalgo reconoce que no le ha hecho "ninguna gracia" todo el revuelo, pero ironiza: "Ha hecho tanto ruido que por eso va tan bien la empresa. Va llena de pasajeros y creo que ha sido por hablar tan mal de ella".
El empresario ha recordado que la SEPI ha estado presente en el consejo de administración desde noviembre de 2020 hasta la devolución total del crédito, por lo que "no se ha hecho nada sin que la SEPI no estuviera al corriente".
Con Air Europa saneada, sin deudas y con un futuro prometedor, Hidalgo demuestra que el capitalismo español puede salir reforzado de las crisis cuando hay voluntad empresarial y apoyo público inteligente.